Empiezo por dejarme llevar por los diferentes ritmos, traduciéndolos a colores, formas y texturas; esto constituye el fondo. Luego, tomo una foto de la banda tocando, asegurándome de capturar la comunicación sutil que se produce entre los músicos mientras están en el escenario. Una vez que estoy satisfecho con la fotografía, la agrego como una capa a la obra. El último paso es pintar sobre la fotografía para luego fusionarlo todo con el fondo, siempre siguiendo los patrones de la música. Puedes encontrar un video del proceso al final de esta página.